Hablar con los niños sobre las noticias y los eventos actuales

Cuando suceden eventos de interés periodístico en el mundo, los niños necesitan ayuda para entenderlo. Si bien es posible que usted no tenga todas las respuestas a sus preguntas (¡y eso está bien!), existen guías básicas que puede seguir para ayudar con cualquier tipo de conversación difícil.

Es posible que se sienta presionado para responder rápidamente, pero está bien hacer una pausa y tomarse un momento antes de comenzar una conversación con sus hijos.

  • Reconozca sus propios sentimientos. ¡Usted es humano y también tiene sentimientos! Es importante tomarse un momento para reconocer lo que viene. Puede sentirse abrumado, inseguro, confundido o temeroso. Todo lo que usted (o cualquier otra persona) sienta es real y válido, así que tómese el tiempo para darse cuenta y reconocer sus sentimientos.
  • Espere hasta que esté tranquilo. Nos guste o no, los niños observan a los adultos y prestan atención a nuestras señales no verbales y lenguaje corporal. Si nos sentimos temerosos o ansiosos, es probable que se den cuenta de eso y empiecen a sentirse de manera similar. En la medida de lo posible, trate de calmarse antes de comenzar una conversación con sus hijos.
  • Espere preguntas para las que no tendrá las respuestas (está bien no saberlo). Puede sentir que necesita estar preparado para cualquier cosa que su hijo pueda preguntar, pero eso no es realista. Entrar en la conversación sabiendo que es posible que no tenga todas las respuestas puede ayudarlo a sentirse más seguro. Si surge algo para lo que no tiene una respuesta, permita que su hijo sepa que lo pensará y después le contestará.

Su hijo lo está mirando con los ojos bien abiertos, esperando que responda algunas de las preguntas más difíciles y complejas de la vida. En esos momentos es normal querer proteger a sus hijos de cosas que dan miedo o confunden, y usted puede sentirse tentado a restarle importancia o evitar la conversación por completo. La realidad es que es probable que los niños lo escuchen de una forma u otra, por lo que es importante que ellos puedan hablarlo abiertamente con usted. No es necesario que tenga todas las respuestas, pero iniciar una conversación es el primer paso.

  • Averigüe lo que ya saben. Antes de saltar a la conversación, es útil determinar primero lo que su hijo ya sabe, para que usted conozca lo que él/ella está pensando y por dónde comenzar.
  • Escuche activamente. Trate de eliminar las distracciones y escuche activamente. Haga contacto visual y repita lo que escucha. Además de escuchar lo que dicen, trate de prestar atención a lo que no dicen. ¿Están inquietos? ¿Lloroso? ¿Están distraídos y tienen problemas para concentrarse?
  • Aclarar la información incorrecta. Si lo que su hijo le dice simplemente no es exacto, hágaselo saber con delicadeza. Hágales saber que hay mucha información disponible (de amigos, familiares, Internet, redes sociales, etc.) y usted puede ayudarlos a descubrir qué es verdadero y real.
  • Mantenga la información simple y apropiada según la edad. En la medida de lo posible, queremos informar a nuestros hijos sin abrumarlos o crear más ansiedad o miedo. Cuando explique lo que está sucediendo, céntrese en los hechos y dele a su hijo solo lo que necesita saber. Los niños más pequeños no necesitan conocer el mismo nivel de detalles que los niños más grandes y los adolescentes. Evite las imágenes gráficas y mantenga la información simple y adecuada según su edad.
  • No los presione. Si claramente no quieren hablar, está bien. Hágales saber que estará disponible cuando ellos lo estén.

  • Sea honesto. Es normal querer que su hijo se sienta mejor, pero mentir sobre lo que está sucediendo puede hacer más daño que bien. Los niños son inteligentes y si creen que no les estás diciendo la verdad, intentarán encontrar la información en otra parte. Además, mentir, minimizar o descartar sus preocupaciones (por ejemplo, decir: "No hay nada de qué preocuparse") no les quita el miedo ni los hace sentir mejor y los desalienta a hablar de ello.
  • Valide los sentimientos de su hijo. Incluso si usted no se siente igual, todo lo que sienta su hijo es real y válido. Demuéstreles que los entiende escuchando y repitiendo lo que oye y haciéndoles saber que sus sentimientos son normales y están bien.
  • Use estrategias de afrontamiento saludables. No existe una palabra o acción mágica que automáticamente haga que usted o su hijo se sientan mejor, pero usar estrategias de afrontamiento saludables puede reducir el estrés. Ya sea escribiendo un diario, escuchando música, creando arte, bailando o saliendo a caminar; aprender a sobrellevar la situación puede hacer que su hijo se sienta mejor en el momento y lo ayudará a ser más fuerte para que pueda manejar los altibajos de la vida.
  • Concéntrese en lo que puede controlar. Es normal sentirse abrumado e incómodo cuando pensamos en todo lo desconocido y en las peores situaciones. Ayude a su hijo a aceptar lo desconocido y concentrarse en el presente, o en el aquí y ahora. Aliéntelos a enfocarse en lo que está bajo su control, respirando profundamente y pensando en las formas en que pueden mantenerse a salvo.
  • Limite su exposición a las noticias y las redes sociales. Incluso sin que ocurra un evento o situación estresante en el mundo, recibir alertas y notificaciones constantes puede hacernos sentir más ansiosos. Anime a toda su familia a hacer una pausa de las noticias y las redes sociales. Guarde los teléfonos durante las comidas y apague todos los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de acostarse.

Puede que esta no sea la primera conversación difícil que ha tenido con su hijo sobre las noticias y los eventos actuales y ciertamente no será la última. A continuación se ofrecen algunos consejos para mantener la conversación:

  • Cree oportunidades para una conversación. Ya sea durante la cena o en el camino a la escuela, dígale a su hijo que está disponible cuando tenga preguntas o quiera hablar sobre cualquier tema.
  • Vea los medios de comunicación junto a sus hijos. Tómese un tiempo para ver los medios de comunicación con su hijo. Ponga pausa en el televisor o pare de bajar el cursor del computador y hable de lo que están viendo y escuchando juntos. Esto le ayudará a entender qué y cómo su hijo piensa y se siente, y también le permitirá saber a su hijo que está bien hacer preguntas y hablar con usted sobre temas difíciles. Sabemos que no siempre es posible ver televisión u otro medio de comunicación junto a sus hijos, especialmente con niños más grandes y adolescentes, así que asegúrese de enseñarle a su hijo cómo encontrar fuentes confiables y anímelo a que acuda a usted si alguna vez no está seguro. También tiene la opción de usar el control para padres en los dispositivos y medios de comunicación y crear una regla en la casa donde los computadores y/o tabletas solo se pueden usar en áreas abiertas de la casa y no en los dormitorios.
  • Mantenga la calma. Su hijo puede no estar de acuerdo con lo que está sucediendo o tener una opinión diferente a la suya y eso está bien. Trate de mantener la calma y no reaccionar de forma exagerada, para que sepa que es seguro hablar con usted y compartir su opinión. El objetivo es que se sienta cómodo al acudir a usted con preguntas y pensamientos. Si sienten que no lo pueden hacer irán a otra parte.
  • Sea un ejemplo a seguir. Ayude a su hijo a entender que, aunque no siempre podemos controlar a los demás y lo que sucede en el mundo, sí tenemos control sobre nuestras propias acciones y respuestas. Tener conversaciones difíciles puede ser una oportunidad maravillosa para que usted muestre cómo tratar diferentes opiniones y cómo respetuosamente estar en desacuerdo. Es importante que los padres enseñen no solo con palabras, sino también con sus acciones. Muestre cómo tener empatía tratando de escuchar activamente y entender la perspectiva de otra persona, incluso cuando no esté de acuerdo.

Es normal sentirse estresado y preocupado por las cosas aterradoras y confusas que suceden en el mundo. Si le preocupa que su hijo está luchando emocionalmente o tenga dificultades para funcionar en respuesta a eventos actuales (o cualquier otra cosa), no dude en consultar con su médico o un profesional de salud mental.