Horarios de alimentación saludable: niños pequeños

Tu pequeño puede actuar como si pudiera hacer cualquier cosa sin tu ayuda, pero en realidad tu niño necesita de estructura y rutina. Desarrollar un horario de comidas y meriendas es una gran forma de ayudar a un niño pequeño a aprender hábitos saludables de alimentacióny también le hace la vida más fácil a mamá y papá.


Niña pequeña comiendo un bocadillo con sus dedos.

Una de las cosas más importantes que harás como padre es proporcionar comidas saludables a tu pequeño, y no sólo estamos hablando de lo que le das de comer. Establecer un horario constante para las comidas es igual de importante para ayudar a tu hijo a desarrollar hábitos alimentarios saludables como el saber cuándo está lleno y cómo disfrutar de las comidas familiares. Sabemos que puede ser difícil, pero puede ayudar a evitar las rabietas.

Además de ayudar a tu hijo a desarrollar una relación saludable con la comida, el programar las comidas y los refrigerios le da a tu hijo una sensación de seguridad pues sabe que pronto tendrá otra oportunidad de comer. Saber cuándo será el próximo refrigerio o comida disminuye la presión experimentada por tu hijo de comer cuando no tiene mucha hambre y también puede ayudar a prevenir las rabietas relacionadas con el hambre.


Niña pequeña comiendo un bocadillo con sus dedos.

El horario de comidas de tu pequeño dependerá de la hora en que se levanta cada mañana, de cuándo toma su siesta y de la rutina diaria de tu familia. La hora exacta no es tan importante como asegurarse de que coma a la misma hora cada día. Eso le ayudará a escuchar las señales que le indican que su pancita está llena, le dejará saber que otra merienda o comida vendrá pronto y se asegurará de que tenga suficiente hambre (pero no demasiada) en la próxima comida. La mayoría de los niños pequeños necesitarán tres comidas al día, con meriendas saludables entre comidas. El hacer un horario de meriendas para que pueda comer cada dos a tres horas es lo ideal.

Ejemplo de horario de comidas:

  • Desayuno — 7 a.m.
  • Merienda — alrededor de las 9:30 a.m.
  • Almuerzo — Mediodía
  • Merienda — 3 p.m.
  • Cena — 6 p.m.

Papá jugando con niño pequeño sobre la alfombra.

Si tu niño pequeño te pide algo entre comidas y meriendas, prueba estos consejos:

  • Asegúrate de que le estás ofreciendo 4 a 5 grupos de alimentos en cada comida y de 2 a 3 grupos de alimentos en las meriendas. Este balance de alimentos saludables le da a los cuerpos de los niños pequeños la energía que necesitan para esperar hasta la próxima comida o merienda.
  • Sirve solo agua entre comidas y meriendas. Comer bocadillos o beber jugo o leche llenarán su pancita, causando peleas a la hora de comer.
  • Trata de distraerle con una actividad divertida, ¡podría sólo estar aburrido!

Si sigues estos consejos y tu niño pequeño aún quiere más comida, podría ser hora de ajustar su horario.


Familia comiendo en la mesa con niño pequeño.

Las comidas en familia son el momento perfecto para ser un ejemplo de buenos modales (¡y demostrar cuánto disfrutas comer tus vegetales!), así que busca tiempo para comer en familia al menos una vez al día. He aquí unas cuantas reglas que debes seguir:

  • Siéntate a comer, preferiblemente todos juntos en la mesa. Quita distracciones de la mesa, como televisores y celulares para que tu familia pueda concentrarse en comer.
  • Bebe agua entre comidas. La leche o agua deben ser servidas durante la hora de comida. El agua es lo mejor para la sed entre comidas.
  • Confía en que tu niño comerá lo que necesita. El hambre de un niño pequeño en crecimiento puede cambiar de comida a comida por lo que está bien si no come mucho; no morirá de hambre si no come en una ocasión. Sólo pregunta de manera calmada, “¿comiste lo suficiente? No vamos a volver a comer hasta la hora de almuerzo,” luego deja que él te guíe.